Biología molecular y sus aplicaciones
Biología molecular y aplicaciones
La biología Molecular es una ramificación de la ciencia referente a actividad biológica en el nivel molecular.
El campo de la biología molecular traslapa con biología y química y particularmente, genética y bioquímica. Un ámbito fundamental de la biología molecular se refiere a entender cómo los diversos sistemas celulares obran recíprocamente en términos de función de la manera de síntesis de la DNA, del ARN y de la proteína.
Las técnicas específicas usadas en biología molecular son nativas al campo pero se pueden también combinar con métodos y los conceptos referentes genéticas y a bioquímica, tan allí no son ninguna distinción grande hecha entre estas disciplinas.
Sin Embargo, cuando los campos se consideran independientemente de uno a, la bioquímica se refiere a los materiales químicos y a los procesos esenciales que ocurren en organismos vivos. El papel, la función y la estructura de biomoléculas son ámbitos fundamentales del enfoque entre bioquímicos, al igual que la química detrás de funciones biológicas y de la producción de biomoléculas.
La Genética se refiere a los efectos de genes sobre los organismos vivos, que se examinan a menudo con los estudios del “golpe de gracia”, donde se diseñan los modelos animales de modo que falten uno o más genes comparados a un “tipo salvaje” o al fenotipo regular.
La biología Molecular observa los mecanismos moleculares detrás de procesos tales como función de la réplica, de la transcripción, de la traslación y de la célula. Una manera de describir la base de la biología molecular es decir que se refiere a entender cómo los genes se transcriben en el ARN y cómo el ARN entonces se traduce a la proteína. Sin Embargo, este retrato simplificado es se reconsidere actualmente y revisada debido a los nuevos descubrimientos referentes al papeles del ARN.
Aplicación en la medicina para la cura del cáncer
n los apartados anteriores hemos descrito algunos de los extraordinarios avances recientes en nuestra comprensión de los mecanismos moleculares que rigen los procesos tumorales. Entre esos destacan los mecanismos que controlan y regulan la proliferación, la diferenciación y la supervivencia de células, tanto normales como tumorales. Sin embargo, a día de hoy, hay que reconocer que esos avances han reportado todavía pocos beneficios directos al paciente de cáncer. Para una gran mayoría de tumores, el éxito terapéutico depende fundamentalmente de una detección precoz que permita aplicar, a un tumor bien localizado, aproximaciones terapéuticas curativas como la cirugía o la radioterapia. Desafortunadamente, un gran número de cánceres han metastatizado ya en el momento del diagnóstico, por lo que no puede ser curados solamente mediante cirugía o radioterapia. Es indudable que la quimioterapia ha progresado también notablemente en años recientes, y que se han encontrado combinaciones de drogas antitumorales efectivas ante distintos tipos de tumores. Sin embargo, un buen porcentaje de formas tumorales se muestran bastante refractarias a los protocolos quimioterapéuticos disponibles actualmente. Por ello, la tasa de mortalidad por cáncer no ha disminuido significativamente en los últimos años y esta enfermedad sigue hoy por hoy afectando a uno de cada cuatro adultos en el mundo occidental y segando las vidas de aproximadamente 150. 000 españoles cada año.
En ese contexto, el gran desafío del momento actual, en el nuevo siglo que acabamos de empezar, es el de trasladar a la práctica clínica los muy importantes avances de nuestro entendimiento del cáncer a nivel molecular y de investigación básica. La tarea no es fácil. Por una parte sabemos que las alteraciones moleculares y celulares que hemos caracterizado en tumores pueden afectar a prácticamente cualquiera de los linajes celulares de nuestro organismo, produciendo mutaciones que normalmente no pueden ser evitadas. Por otra parte, las dianas de las mutaciones malignas son genes esenciales para el crecimiento y desarrollo normal de cualquier célula del organismo. Estas dificultades suponen obstáculos teóricos y prácticos a la hora de diseñar aplicaciones prácticas de todos esos conocimientos con el objetivo de eliminar el cáncer de nuestra sociedad humana. Sin embargo, los nuevos conocimientos moleculares auguran enormes mejoras en el diseño de nuevas formas de control de las enfermedades tumorales. Podemos preveer al menos a cuatro niveles distintos de aproximación de nuevas aplicaciones concretas de esos conocimientos al control de las enfermedades tumorales:
En ese contexto, el gran desafío del momento actual, en el nuevo siglo que acabamos de empezar, es el de trasladar a la práctica clínica los muy importantes avances de nuestro entendimiento del cáncer a nivel molecular y de investigación básica. La tarea no es fácil. Por una parte sabemos que las alteraciones moleculares y celulares que hemos caracterizado en tumores pueden afectar a prácticamente cualquiera de los linajes celulares de nuestro organismo, produciendo mutaciones que normalmente no pueden ser evitadas. Por otra parte, las dianas de las mutaciones malignas son genes esenciales para el crecimiento y desarrollo normal de cualquier célula del organismo. Estas dificultades suponen obstáculos teóricos y prácticos a la hora de diseñar aplicaciones prácticas de todos esos conocimientos con el objetivo de eliminar el cáncer de nuestra sociedad humana. Sin embargo, los nuevos conocimientos moleculares auguran enormes mejoras en el diseño de nuevas formas de control de las enfermedades tumorales. Podemos preveer al menos a cuatro niveles distintos de aproximación de nuevas aplicaciones concretas de esos conocimientos al control de las enfermedades tumorales:
- Identificación de individuos con predisposición genética. Debido a la carga genética recibida de sus padres, algunos individuos en la población humana tienen un riesgo especialmente elevado de sufrir enfermedades tumorales. Los conocimientos actuales a ofrecen en muchos casos la posibilidad de reducir significativamente la probabilidad de sufrir esas enfermedades, mediante procedimientos de screening que permiten detectar las alteraciones moleculares que corresponden a los estadíos iniciales de desarrollo de dichas enfermedades.
- Reducción de la exposición a agentes ambientales productores de mutaciones oncogénicas. Conocemos la naturaleza de las mutaciones capaces de activar oncogenes y genes supresores. También conocemos, al menos en parte, los mecanismos de producción de dichas mutaciones por diversos agentes ambientales. En el futuro cabe esperar una reducción significativa de las mutaciones tumorales mediante la implantación de programas que minimicen la exposición de la población humana a los agentes carcinogénicos de tipo físico, químico o biológico que han sido identificados en los últimos veinte años.
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